Tu debilidad no le sorprende…
¿Qué te pasa por la mente cuando por alguna razón actúas de manera incorrecta? ¿Cómo te sientes cuando dices algo de lo cual te arrepientes luego? ¿Qué piensas? ¿Cómo pude actuar así? Probablemente ¿Qué me pasó? Tal vez. ¿Dios seguirá viéndome igual? La frustración inmediata de sentirnos peor se deja sentir… ¿Qué haces? ¿Cómo te sientes a la hora de presentarte ante Dios? Sé por experiencia personal lo difícil que puede resultar acercarse a Dios para mostrarle nuestros verdaderos sentimientos con respecto a nuestras fallas. ¡Qué curioso! Siempre queremos intentar esconder lo que somos, cómo estamos y cómo nos sentimos ante los ojos que todo lo ven. Muchas veces pensamos que hay una formalidad para que Dios se agrade o tenga compasión de nosotros. Pero ¿sabes algo? La formalidad muchas veces nos vuelve orgullosos y apáticos, dándonos una especie de máscara y capa protectora que impide que seamos sinceros y le entreguemos todo. Pasé mucho tiempo intentando decir las cosas que me parecían correctas, de la manera correcta. ¿Estaría bien?
¿Qué te pasa por la mente cuando por alguna razón actúas de manera incorrecta? ¿Cómo te sientes cuando dices algo de lo cual te arrepientes luego? ¿Qué piensas? ¿Cómo pude actuar así? Probablemente ¿Qué me pasó? Tal vez. ¿Dios seguirá viéndome igual? La frustración inmediata de sentirnos peor se deja sentir… ¿Qué haces? ¿Cómo te sientes a la hora de presentarte ante Dios? Sé por experiencia personal lo difícil que puede resultar acercarse a Dios para mostrarle nuestros verdaderos sentimientos con respecto a nuestras fallas. ¡Qué curioso! Siempre queremos intentar esconder lo que somos, cómo estamos y cómo nos sentimos ante los ojos que todo lo ven. Muchas veces pensamos que hay una formalidad para que Dios se agrade o tenga compasión de nosotros. Pero ¿sabes algo? La formalidad muchas veces nos vuelve orgullosos y apáticos, dándonos una especie de máscara y capa protectora que impide que seamos sinceros y le entreguemos todo. Pasé mucho tiempo intentando decir las cosas que me parecían correctas, de la manera correcta. ¿Estaría bien?
Si algo he aprendido de Dios, es que se agrada de lo sencillo y que seamos sinceros porque nunca nos despreciaría. Él desea que le expresemos nuestros temores, deseos y fracasos, así también como nuestro amor, alegría y gratitud. Lo que nos demuestra que no importa nuestra condición él nos oye. Pero, ¿qué nos pasa? ¿Porqué sentirnos inferiores? NUESTRA DEBILIDAD…. Uyyy, esa con la que debemos lidiar dia y noche. Debes recordar que no importa tu condición él te recibe, que no importa tu debilidad su poder está en ti y se perfecciona. Tu debilidad jamás será obstáculo para que Dios no complete su obra en ti. No hubo condición para derramar su sangre, sólo le bastó amarte. Amarte tal y cual eres. Tu debilidad no le sorprende ni mucho menos le decepciona, esa mentalidad finita es humana. No permitas que las inseguridades, apaguen la voz sutil de su Espíritu que te dice “eres imagen y semejanza mia” no de nadie más. “Porque él conoce nuestra condición, se acuerda que somos polvo…” Dios nos creó, conoce cada aspecto de nuestra vida, no temas cuando te elija para hacer algo solo porque piensas que no eres apto. Dios ama la gente imperfecta. El nos ve a través de la sangre de su Hijo, allí no hay imperfección que no pueda ser cubierta. Somos obras en proceso.. nos perfecciona cada dia para que seamos completos en él. Así que no te frustres por lo que no tienes o lo que te hace falta. Mira lo que tienes y di ¿Señor qué quieres que haga con lo que tengo? Dios ama lo que crea y se deleita en ello. ¡Somos hechura suya! Nunca te menosprecies. El propósito de Dios jamás lo encontrarás miráandote a un espejo…. Permítele a Dios que sea tu espejo y mira a través de él… cuanto más lo mires, más te parecerás a él.
No comments:
Post a Comment